En un pasado la catolicidad tuvo una postura intransigente frente a las lesbianas y los homosexuales. Gracias a Dios, en los últimos lustros se viene dando un gran viraje al respecto, que llega a una gran cumbre con el Papa Francisco. Una aproximación a los documentos oficiales de la Iglesia nos ayuda a comprender mejor este devenir, veamos.
La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. … Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual … Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida …
Catecismo de la Iglesia Católica, Roma, 1992, #s. 2357, 2358
Este Catecismo es un texto muy importante ya que es la síntesis oficial más reciente de los aspectos centrales que constituyen la fe católica, el cual fue aprobado y publicado por San Juan Pablo II en 1992. Nótese que la homosexualidad (tanto femenina como masculina), no es considerada una aberración, una enfermedad o un pecado. El tratamiento de ella es muy delicado, respetuoso y de ninguna manera se señala que los homofílicos sean cristianos aparte o extraños, todo lo contrario.
Ya en el año 1986 se expresaba al respecto con más contundencia que el Catecismo citado, el entonces cardenal Joseph Ratzinger (hoy Papa emérito Benedicto XVI), siendo el director de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la oficina más importante de la Santa Sede:
Es deplorable que las personas homosexuales hayan sido y sean objeto de una violencia malévola, tanto de palabra como con acciones. Estos desafueros exigen ser condenados por todos los obispos de la Iglesia Católica en cualquier momento y lugar donde estos ocurran. Estos abusos revelan un tipo de discriminación contra las personas los cuales ponen en peligro los más fundamentales principios de una sociedad civilizada. La intrínseca dignidad de cada persona tiene que ser siempre respetada con la palabra, con los comportamientos y con el derecho. Dichos desafueros conforman auténticos crímenes cometidos contra las personas homosexuales.
Congregation for the doctrine of the faith, Letter to the bishops of the catholic church on the pastoral care of homosexual persons, Rome, October 1, 1986 (La traducción del inglés es mía.)
Y en el 2003, Ratzinger en el mismo cargo se continúa manifestando en igual sentido:
Según la enseñanza de la Iglesia, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará todo signo de discriminación injusta hacia ellos. … La conciencia moral exige ser testigo en toda ocasión, de la verdad moral integral, a la cual se opone … la injusta discriminación de las personas homosexuales.
Congregación para la doctrina de la fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, Roma, junio 3, 2003.
Pero es el mismo Papa Francisco quien apenas a los seis meses de haber sido elegido Obispo de Roma lleva a su cenit todo este desenvolvimiento:
Tenemos que anunciar el Evangelio en todas partes, predicando la buena noticia del Reino y curando, también con nuestra predicación, todo tipo de herida y cualquier enfermedad. En Buenos Aires recibía cartas de personas homosexuales que son verdaderos ‘heridos sociales’, porque me dicen que sienten que la Iglesia siempre les ha condenado. Pero la Iglesia no quiere hacer eso. Durante el vuelo en que regresaba de Río de Janeiro dije que si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarla. Al decir esto he dicho lo que dice el Catecismo.
… Dios en la creación nos ha hecho libres: no es posible una injerencia espiritual en la vida personal. Una vez una persona, para provocarme, me preguntó si yo aprobaba la homosexualidad. Yo entonces le respondí con otra pregunta: ‘Dime, Dios, cuando mira a una persona homosexual ¿aprueba su existencia con afecto o la rechaza y la condena?’ Hay que tener siempre en cuenta a la persona. Y aquí entramos en el misterio del ser humano. En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia. Cuando sucede así, el Espíritu Santo inspira al sacerdote la palabra oportuna. …
No podemos seguir insistiendo solo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. … no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar.
Papa Francisco, Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos, Entrevista, Revista La Civiltá Cattolica, Roma, septiembre, 2013.
La cercanía a las lesbianas y los homosexuales es del evangelio mismo. Recordemos que Jesús nos ama a todos por igual, pero al mismo tiempo tiene una predilección especial por todo tipo de excluidos, y entre ellos sin duda se encuentran las personas homofílicas. Se lo acabamos de leer a Francisco: “En esta vida Dios acompaña a las personas y es nuestro deber acompañarlas a partir de su condición. Hay que acompañar con misericordia.”
No se nos olvide, el rostro de Jesús es el rostro del otro, lo que hacemos a cada persona se lo hacemos al Hijo de Dios mismo, como nos lo señala Mateo 25, y mucho más cuando muy relevantes escuelas de psiquiatría y psicología nos demuestran que la homosexualidad no es una aberración ni una enfermedad, sino simplemente un estado válido, legítimo y respetable, en el que determinados congéneres se hallan, así como otros nos hallamos heterosexuales.
No olvidemos que el Concilio Vaticano II, el reciente y muy importante documento Teología Hoy: Perspectivas, Criterios y Principios, de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano, y muchos otros connotados textos del magisterio eclesial, verifican el deber que tiene la teología y la enseñanza católica de oír a la ciencia, y dejarse interpelar por sus sólidos y probados estudios y conclusiones.
Dado todo este panorama es apenas obvio que la relación del contenido de los debates del Sínodo de Obispos 2014, se exprese de la forma más positiva respecto a las lesbianas, los homosexuales, y su legítima e importante presencia al interior de la comunidad católica:
Acoger a las personas homosexuales
Las personas homosexuales tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿estamos en grado de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades? A menudo desean encontrar una Iglesia que sea casa acogedora para ellos. ¿Nuestras comunidades están en grado de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio? La cuestión homosexual nos interpela a una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realísticos de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual: por lo tanto, se presenta como un importante desafío educativo. …
Sin negar las problemáticas morales relacionadas con las uniones homosexuales, se toma en consideración que hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas.
Cardenal Peter Erdo, Primera relación parcial del Sínodo Extraordinario de los Obispos 2014, Roma, octubre 13, 2014, #s. 50 a 52.
Algunos sectores eclesiásticos se colocan reticentes frente a estos vientos de renovación y transformación al interior de la Iglesia, olvidando que esta es Ecclesia Semper Reformanda, o sea, una comunidad en continua evolución según ella misma se percibe desde sus propios orígenes. Este es el espíritu del Concilio Vaticano II que marca el norte de la catolicidad actual, y en tal sentido acierta el Papa Bergoglio cuando verifica:
«El Espíritu no es domesticable». Y ejemplificó con el Concilio Vaticano II, «una hermosa obra del Espíritu Santo». «Después de cincuenta años —se preguntó—, ¿hemos hecho todo lo que nos dijo el Espíritu Santo en el Concilio», en esa «continuidad en el crecimiento de la Iglesia que fue el Concilio?». «No», respondió. «Celebramos este aniversario» —explicó— casi levantando «un monumento» al Concilio, pero nos preocupamos sobre todo de «que no dé fastidio. No queremos cambiar».
Es más, «existen voces que quieren retroceder». Esto se llama «ser testarudos», esto se llama querer «domesticar al Espíritu Santo», esto se llama convertirse en «necios y lentos de corazón»». No se puede domesticar al Espíritu Santo «porque Él es Dios y Él es ese viento que va y viene, y tú no sabes de dónde. Es la fuerza de Dios; es quien nos da la consolación y la fuerza para seguir adelante».
Francisco, Homilía en la casa de Santa Martha, Roma, abril 16, 2013.
Como corolario una nota de época reciente, elaborada por el importante medio BBC de Londres, sobre la relación del Obispo de Roma con las lesbianas y homosexuales:
El papa Francisco expresó por primera vez su apoyo [de protecciones legales para] las uniones civiles de parejas del mismo sexo a través de una entrevista para un documental que se estrenó este miércoles en el Festival de Cine de Roma.
“La gente homosexual tiene derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debería ser expulsado o sentirse miserable por ello”, dice el líder de la Iglesia católica en el filme titulado “Francesco”.
“Lo que tenemos que crear es una ley de unión civil. De esa manera están cubiertos legalmente. Yo defendí eso”, agregó, aparentemente refiriéndose a cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Además, el filme también muestra al papa animando a una pareja de homosexuales a criar a sus hijos llevándolos a una parroquia local.
… Francisco ha optado por mostrar empatía por la comunidad LGBT desde que tomó las riendas del catolicismo en 2013, algo que le ha valido críticas de los jerarcas conservadores de la Iglesia. Y también señalamientos de “hipocresía”.
BBC, octubre 21, 2020
Haciendo honor a la fuerza incontestable de los hechos hay que decir cómo en varias ocasiones, el Papa Francisco ha insistido en que las parejas homosexuales no pueden acceder al sacramento del matrimonio, ya que este se da entre un varón y una mujer para la Iglesia Católica, v.gr. El Papa apoya leyes civiles para las parejas homosexuales, pero no el matrimonio (septiembre 16, 2021).
Queda claro, entonces, que la postura oficial del Magisterio de la Iglesia sobre las lesbianas y homosexuales es de una total acogida y defensa de ellos, rechazando cualquier discriminación de palabra u obra contra dichas personas. En lo que se refiere a la negativa del matrimonio homosexual, tal Magisterio se acoge a la postura de una corriente científica, que insiste en que la presencia de la figura materna y paterna es fundamental para el desarrollo del ser humano. Por supuesto, yo asumo esta definición magisterial. Ahora bien, hay otras corrientes en la comunidad científica que sostienen lo contrario, las cuales estamos llamados a oír y sopesar, como nos lo pide el Concilio Vaticano II.
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